Hoy es doce de agosto y se me ha roto el corazòn. Bueno no, es trece, y se me ha roto el corazòn igual. De despiste sigo bien, gracias.
He vuelto a Tiffany's después de tantììììsimo tiempo porque me niego a verlo desmoronarse y he visto que ahì estàs tù, Varjak-man, manteniéndolo tìmidamente a flote. Asì que no me ha quedado màs remedio que llorar como respuesta a un corazòn roto de alegrìa. Somos grandes, oh yeah, we are infinite!
Saltimbanqui como soy, escribo en un teclado con los acentos enrevesados, sin sentido. A veces no entiendo qué hago aquì, no tengo la capacidad de enraizarme en la tierra que me da de comer ahora. Siempre llevo una espina clavada, la espina del volver. Y no sé còmo sacàrmela, ni si es buena o es mala.
He perdido la facultad de saber còmo deshacerme de los siete velos que me cubren por dentro y desnudarme sin miedo, o con miedo. Es aterrador sentirse asì, no creo que haya otra escapatoria para mì, ?qué màs puedo hacer?. Prometo enmendarme, entrenar, encontrar el tiempo para hacerlo y llevar una libreta siempre encima.
Mil gracias por este remanso de paz, este rincòn de locura, este poder ser uno mismo sin màs. Hoy, de nuevo, me has salvado. No soy un robot. Demostrado.
∞