martes, 26 de julio de 2011

... razones para sonreír...

miércoles, 13 de julio de 2011

Autoayuda cutre

Normalmente, cuando alguien no es feliz, piensa que debe cambiar algo. Algunos se contentan con un corte de pelo, con irse de compras, con un tatuaje o con dejar de fumar o de morderse las uñas. Algunas infelicidades necesitan cambios mayores como unas vacaciones, un cambio de trabajo, un cambio de ciudad o un cambio de estado civil. Me llama la atención que las personas tendamos a culpabilizar de nuestros males a nuestro entorno. Claro está que hay gente que vive desgracias tremendas de las que no son, de ninguna manera culpables ni responsables, pero yo me refiero a otro tipo de descontento. El descontento que sentimos cuando, aparentemente, lo tenemos todo: una vida propia, amigos, alguien que te quiere, una familia que siempre ha estado allí para ti, tiempo para difrutarlos y salud para todos ellos. Ese "sí, pero..." que te hace estar de mala leche a veces, ausente, tristón, melancólico, que te hace dudar, te genera inseguridades....

Puede ser que os haya pasado estar así, como en una nube adictiva de autocompasión, vuelves a la sensación que tenías de adolescente, al socorrido "nadie me comprende", pero aumentado, porque ya, con tu edad, nadie dice eso, con 15, 16 ó 17, lo decían todos tus amigos, algunos incluso te decían "menos mal que tú sí me entiendes". Sientes que no encajas, como si te hubieras puesto el zapato izquierdo en el pié derecho, y viceversa -y no, no calzas alpargatas-, sólo que el pié eres tú y el zapato es el mundo, o tu vida. Muchas veces me he sorprendido a mí misma buscando prácticas en el extranjero, cursos, becas, posibles lugares de trabajo, sin tener una idea clara de qué quiero, porque lo que quiero es, simplemente, buscar, puede ser emociante y llegar a sorprenderte de lo que puedes encontrar. Muchas veces me he armado un "nuevo comienzo", casi siempre lejos -parece que los comienzos lejos con más categóricos como comienzos-, para después ir destruyéndolo poco a poco en tu cabeza y darte cuenta de -o creerte- que donde estás y lo que tienes es mucho mejor de lo que esperas encontrar allí. No sé si eso es cobardía o, simplemente, que a veces es difícil encontrarle un principio a ese comienzo.


Pero lo que más me llama la atención, sin duda, es la cantidad de gente que personifica u objetiviza la culpa en personas o cosas de su entorno. Esto pasa seguramente porque es más fácil sentarse a despotricar contra algo ajeno a tu persona, hacer aspavientos, indignado. Te quejas en voz alta y, al oírte, aun te parece que tienes más razón -yo soy culpable también, por supuesto-. Pero lo realmente difícil es analizar por qué nos pasa lo que nos pasa, no basta cortarse el flequillo, sino que hay que ir más adentro, a veces lo que necesitamos es un simple cambio de mentalidad, perspectiva -que diría Ego-, relativizar. A lo mejor, muchas veces no nos hiere la gente, no nos agobia nuestra vida, sino que somos nosotros los que nos hemos convertido en nuestros peores enemigos y lo ponemos todo en nuestra contra. Muchas veces el ser positivo es lo único que te puede salvar. Porque todos sabemos que en el estado mental "yo contra el mundo" se pueden tomar decisiones muy, muy equivocadas.


Así que ya que llevo unos cuantos años sin escribir propósitos de año nuevo - que lo hacía, sí, y me ponía de mala leche ver que no los cumplía- voy a proponerme, a partir de hoy, ser positiva. Sin más. Ser positiva e ir a por todas.


Y después de este post de autoayuda-cutre, ¡a leer unas páginas de 1984!.