jueves, 30 de agosto de 2007

De vacaciones.



Queridos amigo Paul y Doctor Strangelove,

os escribo desde mis vacaciones en el crucero de jóvenes promesas. Gracias al papel de calco puedo escribiros a los dos la misma carta sin tener que repetirla ¿no es asombroso? (Paul, recuérdame que te lleve a la vuelta de mis vacaciones para poder conservar siempre una copia de lo que escribas).

He conocido a algunas personas aquí en el crucero. Paso casi todo mi tiempo con Meg y con Lily. Meg es una chica morena y muy linda. Utiliza dos pastas de dientes, primero una normal para limpiar y luego otra con bicarbonato para blanquear. Se lava con las dos tres veces al día, lo que hace un total de seis lavados de dientes al día. Yo le he dicho que, a este paso, dentro de 20 años no va a tener dientes que limpiarse. De momento ya es casi incapaz de saborear nada que pruebe en las dos horas siguientes a su ritual dentífrico. Pues bien, Meg tiene la teoría de que se puede saber mucho de una persona por la forma que tiene de lavarse los dientes (os explicaré su teoría otro día, ya estoy escuchando la música de cocktail de esta noche y pienso llegar tarde, pero no tan tarde, sólo lo justo para hacer una entrada triunfal). Esta mañana, después de mi charla con Meg, me he descubierto mirándome con recelo en el espejo mientras me cepillaba la dentadura y la verdad es que no he aprendido nada nuevo de mí misma.

Lily es pelirroja de ojos verdes, siempre luce cercos oscuros debajo de los ojos y es de una palidez enfermiza. Anda un poco en las nubes, lo que es de agradecer porque para charlas interminables ya tenemos a Meg, con la que puedes hablar sin escuchar en absoluto lo que te está diciendo, eso sí, cuando Lily habla todo el mundo la escucha (en cuanto a mí, me escuchan siempre, aunque no diga nada, lo que es bastante incómodo, por cierto). Hoy Lily estaba tumbada en una hamaca ojeando un café con leche y bebiéndose La importancia de llamarse Ernesto (ella siempre lo hace así) y sin venir a cuento nos ha preguntado “¿creéis que se puede amar a alguien sin admirarlo o que, por el contrario, el amor lleva implícito la admiración por algún rasgo, comportamiento o costumbre del ser amado?”

Así que con esta pregunta me inicio en esta sección que te gusta tanto, Paul.






P.D.: Meg opina que no es necesario admirar para amar, aunque ella casi siempre ha admirado la cuenta corriente de sus amados. Lily dice que si ella ama es porque admira algo del otro y que como mucho la cuenta corriente le produce envidia y yo… yo seguía pensando en pastas de dientes con bicarbonato.

sábado, 25 de agosto de 2007

Le Chemin.

Je vis dans une maison de verre
à moitié remplie de ton eau.
Sans arreter,
le niveau monte.




[Kyo]

Malos despertares

Haz lo que tengas que hacer, pero no deshagas las cenizas del amanecer, las que ahogan tus gritos. Y si quieres yo me subdivido y canto contigo, lo que nunca ya jamás sabré, lo que juego contigo. Perdemos el compás, no te vayas muy lejos, que los pasos son sólo el azar y el camino es tu cuerpo, que jamás pensé en pensar que tú reunías los requisitos y los pedazos del mar se juntan donde empiezan tus gritos. Al ser cada vez menor, cada vez más amplia, se cotizan los saberes que ahora sacian tus ganas, escaleras que nunca tendrás para ir a tu casa pero que subes cada vez que estás, cada vez que faltas. Yo me voy a dormir, tu te vienes conmigo, aunque estés mal dibujada y yo no sepa ahogar el ruido que provocan las ansias de oscurecer el día, que la luz que no provocas tú siempre me deja heridas.

Perdamos la verdad, perdamos la consciencia, perdamos tantas cosas como noches nos dejamos sin contar,
las paredes que dan la vuelta a las persianas, los resquicios de la soledad, los números.
Las mentiras que dicen los huecos que siguen al día de después de ayer, los complejos turísticos,
las ventanas abiertas, las sábanas malhumoradas que no me dejan dormir,
los calcetines blancos, los mecheros, las clavijas de las maquinarias defectuosas, los teclados,
los suspiros de alivio, el gotelé,
las aceras, los clavos ardiendo, las botellas vacías en mesas de cristal ahumado,
los viernes antes de afrontar el último disparate.

viernes, 24 de agosto de 2007

"Cuando la mente...

... se ve excitada por un estímulo exterior, lo primero que hace es recurrir a la memoria. Urga en ella y busca un contraste. En este proceso de búsqueda surge el afecto que, normalmente, es una sensación de bienestar. Pero si en el archivo de la memoria no hay nada parecido, si se observa algo que supera todo, caes literalmente enamorado. Sobre el soporte de la memoria, se asienta el poder fascinante y todavía desconocido de la imaginación. Es, junto con la química y la física, el factor determinante del amor."


No lo digo yo, lo dice Eduardo Punset.

jueves, 23 de agosto de 2007

Consejo amistoso a un montón de jóvenes

Id al Tibet
montad en camello.
leed la Biblia
teñid vuestros zapatos de azul.
dejaos la barba.
dad la vuelta al mundo en una canoa de papel
suscribios al Saturday Evening Post
Masticad sólo por el lado izquierdo de la boca
casaos con una mujer que tenga una sola pierna y afeitaos con navaja

y grabad vuestro nombre en el brazo de ella

lavaos los dientes con gasolina
dormid todo el día y trepad a los árboles por la noche.
sed monjes y bebed perdigones y cerveza.
mantened la cabeza bajo el agua y tocad el violín
bailad la danza del vientre delante de velas rosas
matad a vuestro perro
presentaos al Alcalde
vivid en un barril
partios la cabeza con un hacha
plantad tulipanes bajo la lluvia.

Pero no escribáis poesía.
Henry Chin Charles Bukowski

sábado, 18 de agosto de 2007

jueves, 16 de agosto de 2007

El virus del miedo

En los retazos de los momentos en que me asistes, como luna trasnochada, como luz de invernadero. En los cordeles a los que aferro mis pocas ansias de ser quien fuese aquella tarde (en que decidiste ponerte falda). En las maletas, en los tejados, en los manteles me sirvo frío y con la boca abierta de incertidumbres pasajeras. Me sirvo de tus horarios para esperarte sin compromiso, sabiendo que nunca llegas a despertarme, que jamás arrancas sombras de los árboles que te resguardan, que hace poco y casi sin enterarme has empezado a hacerte invisible. En las orillas de tu paciencia, en los alambres de mi nostalgia, en los rincones iluminados del fondo del pasillo, en las carencias de mis desvelos que dicen todo lo que yo callo. En las olas que riegan tu pelo, en las trincheras, en mis mentiras, en tu sonrisa.

martes, 14 de agosto de 2007

Otto en los ojos de ana

Mi padre solía decirme que mi nombre era capicúa para que mi vida se llenara de suerte…



domingo, 12 de agosto de 2007

Greco-estafa



Entre las perseidas y las nereidas, Grecia me va cayendo cada vez peor. Menos mal que no todo es mirar hacia arriba en esta vida, a veces es mejor mirar abajo, o a los lados, o cerrar los ojos y dejar que te roben el coche.

sábado, 11 de agosto de 2007

Lisa y tú.




Lo que más me gusta de Lisa Simpson es lo que tiene en común contigo...

viernes, 10 de agosto de 2007

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Querría que me dijeses: "me gusta cuando te alejas y miras hacia atrás. Porque te llevas un trozo de mi corazón y en tus ojos puedo leer un -tranquilo, lo cuidaré bien-"


Pero como no lo haces, imagino lo hermoso que sería oírlo de tus labios. Y te miro cuando te alejas para poder decírtelo cuando te gires, para poder comerte con los ojos y hablarte en la distancia, y me mires. Pero no te giras, y sólo me queda soñar con que vuelvas.

jueves, 9 de agosto de 2007

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No te recuerdo bajo la lluvia de Bruselas, te recuerdo en la escalera de tu casa, tan rojo como siempre, tan sonriente. Recuerdo tus "croquettes" de patatas y mis pocas ganas de ir a la cama, un piso más arriba que el tuyo. Y ahora nos reímos de esas cosas, me coges por los hombros y no me quema, me tomas la mano y la aparto sin prisa pero sin pausa. Y sonreímos como tontos, porque los dos lo entendemos. Y nos reímos porque sabemos que no nos vamos a dar un beso.

Estamos enamorados.

miércoles, 8 de agosto de 2007

Sol

Anoche, las farolas se apagaban a mi paso, porque iba a tu encuentro. Al encuentro de un abrazo chupasangres. Mientras espero, el señor Cohen me cuenta la historia de amor entre Solal y Ariane y no dejo de sorprenderme. Ella no se da cuenta de nada. Le pregunto al señor Cohen si todos los hombres piensan lo mismo, si la ternura está proscrita, si todas las mujeres buscan lo mismo, si todas queremos fortaleza, si todos queremos lucir perfectos, ser admirados por lo que ofrecemos por fuera, como en una carnicería, compras la carne de mejor aspecto y sin nervios, por supuesto.

Tanta claridad me aturde. Investigo, sin ser vista, a parejas que caminan, ofreciendo sus carnes al sol. Carnes turgentes, engrasadas, carnes como pasas. Pieles blancas, rojas, negras, color deseo, tostadas, doradas. Cuerpos bonitos, cuerpos feos, cuerpos jóvenes, cuerpos viejos. Acabaremos todos igual pero ¿se puede desear ese futuro que le espera al que camina con nosotros?

Solal despreciaba el hecho de que ella lo amase por ser tan guapo, tan viril, perfecto, pero la amaba porque ella era tan guapa, por su voluptuoso cuerpo que lucía tan bien sin adornos, porque era perfecta. Quería que amasen su futuro cuerpo envejecido, sus dientes caídos, pero le daba asco acariciar pechos mustios, ya no tan firmes.

Y hay manos que duelen y cartas que esperan contestación.

El desprecio previo. Te pego y me quieres. Don Juan.

sábado, 4 de agosto de 2007


Mira a la izquierda antes de cruzar,
a tu otra izquierda.
Me encanta la cicatriz de tu rodilla,
me recuerda a las películas de piratas,
a tu pasado(innombrable),
a sandwiches sin corteza.

Mira a la derecha antes de cruzar
los pasos, cautelosos, de cebra,
los corazones sangrando como puños
cerrados,
las vidas ajenas.