domingo, 30 de septiembre de 2012

The show must go on

Eres ese recipiente perfecto en el que volcar toda mi mierda, todas mis mierdas, absurdas, incoherentes, sin valor alguno, ni siquiera en la escala de lo mierdero. Eres como una estilográfica inyectada en mis venas y conectada con una pantalla de ordenador.

Eres todo lo que me gustaría ser, todas las ideas que me gustaría tener, todos los personajes que me gustaría inventar, ¡crear! , todas las historias que me gustaría ser capaz de desarrollar y dejar sin aliento a alguien.

Alguien que no tiene ni idea de que existo. Alguien que le ha hecho el amor a una cáscara a la que ha puesto mi nombre y aun me quema su posesión, sus dedos firmes en mis brazos, aferrándose a mí como salvación, impidiéndome volar libre, quién sabe si sujetándome para no caer, quién sabe...

Y aunque recuerde sonrisas y estupideces con sabor a verdadera felicidad, lo cierto es que estamos igual, estoy igual que siempre, demasiado ocupada como para entender nada. Por suerte estás tú, el aliviadero, con papel húmedo al final, que da más gustito...

Papel húmedo. El mundo moderno está loco.