jueves, 12 de marzo de 2015

Los hombres topo quieren tus ojos


Haces castillos con los trozos de vida que vas recogiendo.

Los unes y destruyes a tu antojo.

Revientas el techo de los autobuses.


Eres calor y líneas surcando sábanas blancas.

Eres luz de faro al final del pasillo.

Eres cristal de vaso de tubo.


Te comes el mundo a patadas y preguntas por dónde empezar.

La nueva reconquista de Graná


Aún no me creo que te despiertes

en el lado de la cama que yo no ocupo,

y en el contrario si juego de visitante.

Ni que tengas alma de sirena

y te ilumine los ojos el reflejo

de la luz que me provocas.

Estoy aprendiendo a bajar la guardia

a la vez que a subir las escaleras de tu cuarto

y descubro que la vida sin escudo

huele a café recién hecho y tostadas con tomate.

A vinilos.

A paredes construidas en las salidas de emergencia.


[...rescatando borradores] [...rescatando borradores no tan viejos]
.
.

Geometría existencial


Tengo una sed desmedida que anuncia tormenta en el portal de tu casa.

Que es la mía.

Tengo una fuente inagotable de verbos latentes en la puerta de tu boca.

Que es mía.

Tengo miradas que llegan a tocar tus entrañas, a palpar las paredes de tus venas, como un ciego.

Tengo tantas alarmas por la mañana para que seas tú la que me abra los ojos.

Que son tuyos.