jueves, 29 de mayo de 2008

El amor y otros monstruos

Quién tuviera historias que contar
del tacto de los rayos de sol
que cruzan -supongo-
a tiras tu persiana.
De las marcas de las sábanas
en tu espalda.
Del olor a café recién hecho
y zumo de naranja natural.
De mantenerte despierta
con mis ronquidos,
de esperar a que cierres los ojos
para cerrar yo los míos.
De esconderte el cepillo de dientes
y pedirte un rescate desproporcionado.
De la almohada.
De levantarte a la cocina
con mi camisa
y pedirme un rescate redundante.
De tu voz,
de tu nuca.
De romper el despertador,
de entender cada gesto tuyo,
de saltar al vacío.
De vasos de agua,
de tirones de manta,
de segundos actos sobreactuados.
De saber por qué lo hiciste,
de no inventar tu
-más que probable-
sincero despertar.
De bailar canciones infames,
de volcar los relojes
sobre su propia inexistencia.
De pelear con los cojines.
De no ser más que lo que quiera
el color de tus mejillas.

4 comentarios:

Holly Golightly dijo...

¡Ay!


... y no diré más.

Anónimo dijo...

darling,
i m so occupied

maybe next week

i will call you

Anónimo dijo...

why dont you give any evidence of it?

Anónimo dijo...

¡hola chicos! vuestro rostro escondido ya ha salido a la luz en www.rostrosescondidos.com
¡muchas gracias!