viernes, 23 de mayo de 2008

Él, yomismista

"Simplemente me quedé allí sentado esperando. Unos diez minutos después sentí un hormigueo por todo el cuerpo. Fui capaz de mover la mano un poquito. Luego, otro poquito. Me llevé el vodka a los labios, conseguí inclinar la cabeza y me lo bebí todo. Puse el vaso en el suelo, me estiré en la cama y esperé de nuevo a que me entrara el sueño. Oí un disparo en la calle y comprendí que en el mundo todo iba bien. A los cinco minutos estaba dormido. Como todos los demás.
(...)
Luego sonó el teléfono. Lo dejé sonar. Nunca contesto al teléfono por la mañana. Sonó 5 veces y luego paró. Ya. Estaba a solas conmigo. Y como era asqueroso, era mejor que estar con otra persona, con cualquier persona de las que andan por ahí con sus penosas triquiñuelas y juegos de manos. Me subí las mantas hasta el cuello y esperé."

Pulp - Charles Bukowski

1 comentario:

Holly Golightly dijo...

No puedo máaaaaaas...!!! y yo no puedo esperar con las mantas hasta el cuello, aunque me gustaría, no te creas.