viernes, 12 de septiembre de 2008

Le sable.

Me hundes en la tristeza. Me llevaste a ella de la mano, por un camino de vino y rosas. Como aquellos días en las calles y aquellas noches en la playa, con luz verde botella y mis labios pintados con la impaciencia de los tuyos. Todos los abrazos que pusimos de nuestra parte, todo eso que dijimos no sirvió de nada. Ahora nos buscamos, y no nos encontramos. Como un brujo novato, sentado en tu cama me puedes tocar para, un segundo más tarde, irte lejos. Te ajustas el embozo y me dejas de recuerdo tus ojos rojos, rojos de reproche, de cansancio, de tantas horas en el ordenador, de incompresión. Eres tan frío, tan cálido y tan frío.

Y a ti, el que nunca llegas, te construyo con recuerdos de los que ya se fueron, de los que se irán, te construyo de retales, manos y piernas, maneras de cuidarme y de besarme, de despedidas y de morirse, inexplicablemente, por mí. Y me duele mentir cuando me sacudes las entrañas con un silencio, con un ceño fruncido, con un mover el labio de abajo. Cuando me das de beber y calmas mi sed para luego exprimirme mejor. Me cortas en dos sin ninguna compasión.


http://es.youtube.com/watch?v=LtlgR6AI5CY


(El vídeo es un horror, Paul, pero esos ojos de cordero degollado no tienen desperdicio. Por cierto, que no consigo hacer que funcione la fuckingshit del embed, tarda como 27 siglos en cargarlo - pero yo no digo nada, ¿eh?, yo no digo nada...-)

2 comentarios:

Paul Varjak dijo...

"Morir de celos es algo que hace tiempo no entra en mis planes.
Echo de menos practicar tantas posturas elegantes.
Sé que hay un hombre que te toca y que no lleva guantes,
te ata a la cama con hilo dental."

Holly, ya tengo las entradas.

Paul Varjak dijo...

Holly, hoy es la noche en blanco. ¿qué vas a hacer? Llámame cuando me despierte de la siesta.