martes, 26 de mayo de 2009

Las casas sienten


Que no eras yo
ni tantas otras ruinas
que construí.
Dejando a un lado las manos
del saludo que te perdoné,
las metiras,
el color de las luces
de mi habitación
como trenes huyendo
al futuro..
como días que temen
llegar a quedarse
sin sed.
Las cabezas
se quedan vacías,
la pintura
rellena paredes sin definir
y las mantas
-que creen que has vuelto-
se han puesto
a bailar.
A ver cómo les digo
que dejen de
echarte de menos.
A ver cómo les digo
que tienen
que echarse a lavar.

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imagen: donttouchmymoleskine

1 comentario:

Holly Golightly dijo...

...las mantas, que no saben mentir, celosas siempre de las sábanas, que son las que tocan tu piel, las que son acariciadas por ellas.

Cada cinta de tu máquina trae la sangre más fresca, Paul.