¡Shelley, ven a por mí!

Tratando de averiguar si hay alguna manera
de borrarse de la memoria ciertos gestos,
ciertos momentos extremos.

Sintiendo que ya no tienes tantas ganas,
derrumbándome por dentro;
no sabía que no hay más que escombro
aquí
dentro
y polvo,
y mierda.
No sabía que pudiera haber tanto escombro
aquí
adentro
y polvo,
y mierda,
es todo lo que hay.

Y trato de recordar,
encontrar
eso que hacía que no me diera asco
mirarme,
verme,
conocerme de nuevo,
para que tú puedas verlo también
y te acerques
y no te alejes ahora que te empujo
lejos de mí,
ahora que te empujo
y me hago daño,
y nos lo hago a los dos.

Que siento que este corazón que late en mí
es de plástico, que dentro está el bueno
encogido, chiquitito
temeroso
enfadado
que no voy a dejar que nadie lo vea
que nadie lo coja
que a nadie le lata en las manos
que nadie decida
qué hacer con él
si tirarlo
o dejarlo
porque está lleno de mierda él también.
Pero llegas y me lo tocas con el índice
lo escudriñas,
y te parece cruel,
y él es enano,
de tanto encogerse,
de tanto meter tripa.
Y lo tocas y le das calor
y me pregunto cómo es posible
si a veces parece que no hablamos el mismo idioma
y otras parece que
tenía que ser así, que había sido así siempre
aunque no nos conociéramos aun.

La mayoría del tiempo siento
como si por dentro de mi piel
en el reverso
de mí misma
me estuviera decapando
cayéndose todo
en lo que podría anclar algo bello
nacer algo hermoso
endometrio salvaje
que cae poco a poco
en avalanchas también
descontrolado
incongruente

Y si, por una fracción de segundo,
me siento bien
a gusto contigo
cómoda
empieza el pánico de nuevo
el vértigo
y noto cómo me aprietan las tuercas,
no me dejan margen
se me van a clavar al cerebro
me va a reventar
y duele decir dos palabras
les cuesta salir
lo hacen tímidamente
y veo que en tus labios no juegan ya
a regalarme los oídos
y me da igual
pero veo que no lo sientes
y no me da lo mismo
me cambia la vida

Me cambias la vida
y no sé cómo decírtelo.

[imagen: bloodedemon]