lunes, 2 de mayo de 2011

rayo

He visto luces que cruzaban el cielo, separando el plomo del naranja. Luces que iluminaban el camino de aquellos dos hombres de bruma, encorvados bajo el peso de sus penas, o quizás de sus maldades. He visto a un hombre leer su libro sin mirar por la ventana del tren, sin mirar el paisaje, quieto, inmutable, irreal. He visto las equivocaciones de las buenas intenciones, insuficientes.

No he visto las miradas que andaba buscando, ni los pasos acompasados, ni las ganas de darlos.

Pero he visto, de repente, un destello.

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