Por el vicio
Alejar de las ansias el color de las fotos de la pared,
el sabor de la empanada que no llegué a probar.
Sigo sin saber qué postura poner para dormir
sin rozar tu lado de la cama
y decirme que la vida sigue,
que siguen alumbrando días
sin que los vivamos juntos,
sin maldecir juntos el despertador
y tirarlo por la ventana
y quejarnos del vecino
y tirar el humo del café por la borda
como chimeneas de domingo.
Cómo voy a volver a tener diez dedos
si atarme los cordones
me recuerda a ti.
1 comentario:
¡Oh, capitán, mi capitán!¡viento en popa a toda vela!... allá vamos...
(o poco a poco, pero vamos)
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