jueves, 13 de agosto de 2015

Hoy no es doce de agosto. (No soy un robot)

Hoy es doce de agosto y se me ha roto el corazòn. Bueno no, es trece, y se me ha roto el corazòn igual. De despiste sigo bien, gracias. 

He vuelto a Tiffany's después de tantììììsimo tiempo porque me niego a verlo desmoronarse y he visto que ahì estàs tù, Varjak-man, manteniéndolo tìmidamente a flote. Asì que no me ha quedado màs remedio que llorar como respuesta a un corazòn roto de alegrìa. Somos grandes, oh yeah, we are infinite! 

Saltimbanqui como soy, escribo en un teclado con los acentos enrevesados, sin sentido. A veces no entiendo qué hago aquì, no tengo la capacidad de enraizarme en la tierra que me da de comer ahora. Siempre llevo una espina clavada, la espina del volver. Y no sé còmo sacàrmela, ni si es buena o es mala. 

He perdido la facultad de saber còmo deshacerme de los siete velos que me cubren por dentro y desnudarme sin miedo, o con miedo. Es aterrador sentirse asì, no creo que haya otra escapatoria para mì, ?qué màs puedo hacer?. Prometo enmendarme, entrenar, encontrar el tiempo para hacerlo y llevar una libreta siempre encima. 

Mil gracias por este remanso de paz, este rincòn de locura, este poder ser uno mismo sin màs. Hoy, de nuevo, me has salvado. No soy un robot. Demostrado.



1 comentario:

Paul Varjak dijo...

Holly, qué alegría más grande.

Me gusta. Me gusta mucho esto que ha pasado. Me puedo imaginar el impulso que hizo que entraras. Creo que me pasó algo parecido hace poco y por eso he seguido poniendo cosas. Pocas. A mi también me hace falta entrenar, encontrar el tiempo para volver a hacer algo que antes no nos costaba. Que nos pedía el cuerpo. A veces pienso que la falta de impulso es cuestión de ajetreo existencial, pero no lo sé seguro. No sé qué es, pero lo echo de menos.

Y a ti.

We are fucking infinite.