sábado, 23 de junio de 2007

No me importaría...

No me importaría que las rachas fueran de viento, ni que los ojos mirasen firmes a un sitio preciso. Que las llamadas fueran perdidas justo en el momento exacto en que recordar esa noche. Las mañanas son de los días que esquivan respuestas y puntos sobre las íes. Las cicatrices son de momentos inoportunos, de notorias aboliciones de lo concluido. Si todo ya fue expuesto y tuvo su propia amnistía de ambivalencia. No me importaría que los nudillos fueran reptiles recorriendo los pasillos de mi idempotencia, ni que las noches en vela fueran cobijo de miles de estrellas muriendo a deshora. La fuente de todo lo inmune es el propio resguardo de la indiferencia, como tantas palabras dichas a ciegas y tantos tejados anclados en la desdicha de no retener la lluvia, de tantas y tantas rupturas de nada, de tantos cafés cortados, de todas las caras de pena.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Enfadando, perdonando, besando y yéndome a casa.
Mañana más.

Para toda la vida. Lo prometido es deuda.

Holly Golightly dijo...

¡Cuánto bien hace el güisqui a la poesía española!

Paul Varjak dijo...

Bien o mal, una de dos. Tú si que le haces bien ... a los güisquis.
Para toda la vida , firmado ante notario y compulsado por los organismos oficiosos del estado mayor.