Mi casa son las paredes que te componen, los centímetros de que comprendes, las pisadas que vas dando a luz. Todas estas fronteras son por favores, que tu ordenas y yo ejecuto, sin temor a la exactitud. Nunca fui a favor de las sinrazones, ni puse dudas a tus colores, a las sentencias de la verdad, que son racimos frescos de luz de tarde, que florecen a cada instante que sucumben a tu paladar.Miro y no encuentro nada que te reemplace, ni una gota que se parezca a la lluvia de tu cristal, y hasta mañana doy la vez por perdida, pierdo mi turno y la cordura que nunca me quiso guiar. Eres noches en vela, rayos de luna, camisa clara, sonrisa pura, gato perdido, mi lagrimal. Eres cada peldaño de la escalera, cada retazo de mis quimeras, todas las formas de mi colchón.