lunes, 3 de noviembre de 2008

Dos cafés y una sopa.

Dos cafés y una sopa, lo vuelvo a escribir. Me mira desde la cama y no lo puedo abrir, lo he llevado debajo del brazo, muy enrollado, como si así no se pudiera escapar la verdad de él. Que pasó en Granada. Y ahora está ahí, en la cama, mirándome, con sus letras rojas, y no tengo fuerzas para abrirlo. Y estoy aquí, escribiendo esto y no hago lo que debo. Porque creo que, si lo leo, va a ser más verdad, y no quiero que lo sea. Quiero que se acabe esta pesadilla, que vuelvas a llamarme Letox.

Y espero, dos horas más, creo que sé qué es lo que estoy haciendo, Entonces ¿por qué me duele tanto?, ¿por qué no puedo parar de regarme las mejillas con agua de mar, de tu mar?. Si es lo correcto... ¿por qué estoy tan triste?. Es duro pensar en qué voy a hacer sin ti. Es surrealista planteárselo... aunque creo que esa palabra se nos ha quedado corta. Pero hay que salir de esto y, aquí, elegimos los dos. Si es que no sé ni encontrar palabras para esto que me revienta el pecho.

Dos cafés y una sopa. Y he aprendido que es mejor usar lentillas en días de lluvia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

bufff...

me encantan tus sopas y tu andenes. Quién pudiera.

besos

Holly Golightly dijo...

"...I'm just a girl in the world..."

... cansada de no entender nada, ni lo que pasa dentro de ella. Sin inspiración de momento.