domingo, 21 de junio de 2009

Que mi luz se apagó cuando
dejaste de mirarme,
cuando te centraste en las rayas
de su vestido,
en los lunares de su espalda.

Que quiero que llegue un día,
uno en concreto,
pero tengo miedo
porque sé que querré llorar
porque no estarás.
Porque ya nunca estarás.

Que entre despedidas de cada día
me despido de ti
para siempre
y no te das cuenta.
Pero no te dejo ir.
Y no me doy cuenta.

Que cuando escribo algo sobre ti,
y sobre ellos,
y sobre mí
siempre empiezo con un que,
que no sé qué quiere decir.

Que compones canciones
mientras te lavas los pies
y a mí el jabón no me cunde tanto.
¿Cómo lo consigues?

Que agarras su cintura
y os amais en la siesta
aunque durmáis todo el rato
¿Cómo lo consigue?

Que parece que me han
estrujado las venas
y no queda nada.
Nada que me permita
sentir,
ni descubrir
qué siento
cuando ella se va a dormir.

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