Marina
Una semana, dos semanas,
no es lo mismo,
me faltas aquí.
Que he echado el ancla
y me culpas por ello
porque no puedo nadar
y tú te dejas llevar por la corriente
buceas con delfines.
Y yo como una boya
rodeada de sal.
Como una boya
que señala el límite
pero tú sigues nadando feliz
y yo muerta de frío
y tú salpicándome en la cara.
La tristeza me viene a oleadas
siempre que pienso en ti
porque antes estábamos sólo los dos
en una bañera.
Y anochece,
y se funden las luces
y estoy muerta de frío
y ya ni te siento.
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